Párteme por la mitad

Has venido con ganas de guerra. Nada más entrar en casa me acaricias los pechos y me arrinconas contra una pared. Sabes que me encantan esos juegos, que me gusta que me des caña. Bien, empiezas muy bien. Mientras me sobas, te llevas la mano a la polla, y empiezas a meneártela. Los dos estamos cachondos desde hace días, solo de imaginar nuestro encuentro.

Me quito el jersey con las manos temblorosas; quiero que me acaricies los pezones, y que me los chupes como si fueras a mamar. Me desabrocho el sujetador y te dejo que hundas tu cara entre mis tetas. "Vaya peras tienes, guarra", me susurras, y yo siento que mi coño cada vez está más húmedo. Necesito agarrarte el rabo y meneártelo, como a ti te gusta. Te desabrocho el pantalón y te la saco. Los dos respiramos entrecortadamente y me agacho para hacer eso que tanto te gusta, y que se me da tan bien: chupártela.

Te escupo encima y me la meto entera en la boca. Me gusta tanto tu sabor... Succiono y juego con mi lengua, te lamo de arriba a abajo y gimo de placer. Nadie tiene un rabo como el tuyo, y da gusto comértelo. Lamo tus huevos y tu polla, te lleno de mis babas y tú te retuerces de placer.

Me pones de pie y me coges por detrás. Quiero que me muerdas el cuello, ya sabes cuánto me pone, mientras me acaricias los pezones y me frotas el culo con tu rabo. Sí, lo quiero dentro de mí. "Párteme por la mitad", te digo, y tú me la metes hasta dentro. Tu rabo entra y sale de mi culo mientras me sobas las nalgas. Sigue, sigue, sigue... lléname de tu leche, así, como tú sabes, cabrón.